
Servihogar te cuenta cuáles son las fórmulas ideales para una apertura
Aunque hayamos tenido un mayo ciertamente lluvioso, muchas son las familias y comunidades de vecinos que piensan ya en la apertura de las piscinas comunitarias, para disfrutar del verano. Será importante en los próximos días y semanas tener varias cuestiones en cuenta para una apertura lo más correcta posible, una puesta en funcionamiento adecuada y; sobre todo, adaptarse a las peculiaridades de cada comunidad y de cada piscina. También será fundamental comprobar el estado en el que se encuentran y, si han sufrido reparaciones o cambios; ver cómo han respondido a este tiempo de cierre.
Las principales acciones se tienen que centrar en la limpieza, principalmente, así como en la hipercloración; para comprobar que el estado de las aguas y de todos sus componentes químicos necesarios para el baño están adecuados y en sus proporciones correspondientes. Por supuesto, la zona de playa y descanso también tendrá que estar acorde, en cuanto a jardinería, limitaciones y mobiliario. Sin duda, será importante la coordinación entre los profesionales que están de forma más permanente en la comunidad, así como los que pasen de forma puntual para prepara la instalación.
En cuanto a la zona exterior del vaso, lo importante será la limpieza; acciones que pueden llevar de forma coordinada los mantenedores y el personal de limpieza. Ambos han de revisar cuáles serán las zonas más utilizadas para dejarlas en el mejor estado posible, observar posibles deterioros por la falta de uso y paso del tiempo; así como acometer pequeñas limpiezas especiales, aplicar agua a presión o arreglar pequeños deterioros. También será de vital importancia estar en contacto con los expertos jardineros, para acondicionar zonas de césped, revisar posibles salidas para insectos; así como evitar cualquier imprevisto que cause molestias a los bañistas y que conserve este espacio verde de la manera más estética y agradable posible.

Ya en el agua
Ya dentro del agua, las acciones de hipercloración y tratamiento UV; muy en tendencia en los últimos años, y aplicados también por los profesionales de Servihogar, serán dos de los trabajos más a tener en cuenta de cara a la apertura de la piscina comunitaria. Tras un tiempo de cierre, el tratamiento químico de las aguas debe basarse en un plan de choque con cloro líquido o granulado, adecuando el tipo de clara y las cantidades a los materiales de construcción de la piscina.
En revestimientos como el poliéster, el liner, vinilo, pintada o lámina armada, se deben extremar las precauciones para no ocasionar daños. Con un dicloro granulado al 55% de riqueza o cloro útil, una dosis de mantenimiento normal estaría entre uno y tres gramos por metro cúbico. Pero en casos de recuperación de agua, esta dosis debe ser mayor, en torno a 15 gramos por metro cúbico.
Los tratamientos UV son de enorme calidad y eficacia; tanto como método de desinfección suplementario, como por ser un sistema de acondicionamiento de agua que mejora su calidad de forma significativa. Y todo ello, disminuyendo los niveles de subproductos de desinfección, tanto en el agua como en aire de las instalaciones.
Fuera de estas acciones de mantenimiento y apertura, la presencia o no de socorrista y la confección de normas de uso de la piscina también serán aspectos a tener en cuenta y que trataremos en un siguiente post.